El sueño negro de hoy

La novela negra es una pieza narrativa que trata de las calamidades de la Vida. Somete a crítica, por su propia existencia, la sociedad, sus miserias humanas, la corrupción institucional, la perversidad de algunos, la debilidad y el altruismo, la aberración contra el deseo de encontrar un equilibrio de ese momento roto, que, según su propia experiencia creativa desde su nacimiento, inspira todo el recorrido de su narrativa.

Sea creador o lector (y cuando se es creador se es buen lector) está provisto de una sensibilidad social y humanista que, en no pocos casos, no está presente en el otro creador o lector en un sentido más abarcador, digamos, otros géneros literarios, esos que los editores han encontrado para hacer más fácil y sencilla la venta de los libros. Todo tiene un destino, todo tiene un público, un target.  Los escritores y lectores de noir, tienen una capacidad (es mi observación a través de los años), que los distingue: necesitan una trama bien elaborada, técnicamente bien sustentada y en algunos casos científicamente elaborada, y a la vez, una historia que no deje de lado al ser humano, su dolor, su furia, sus angustias y deseos. Este detalle, que pudiera parecer simple, es una de sus más acendradas virtudes. Una de sus cualidades más difíciles de lograr, sostener y narrar. El que escribe sobre seres humanos, no siempre pinta bien al ser humano, como sí lo hace, por necesidad, casi que por ahogo existencial, un creador de novela negra.

Hemingway decía (escribió el cuento «Los asesinos» y era un lector apasionado de Simenon en su época juvenil en París) que cualquiera puede escribir una primera novela en primera persona. Sin embargo, apunto yo, no cualquiera, no todos, pueden narrar y construir, una historia en clave de novela negra, que a la suma de ser escrita en primera persona (algo que viene desde los maestros fundacionales) añada ritmo trepidante, técnica criminalística y de Medicina Legal, con la suficiente verosimilitud.  Y esto solo a lo que refiero de la primera persona, porque, sabemos, que hay otras maneras de narrar. Y situar al narrador.

Como intento de resumen, que es como comprimir una historia que soñamos en una cápsula que le corta las alas y podría asesinar el tema, el lector y escritor de novela negra se enfrenta a. -Debe contar con ritmo sin dejar atrás el alma de sus personajes, mientras sean sus personajes más provistos de alma, mejor. Esto no es nada sencillo. -Debe incluir técnicas policiales, lo que requiere investigación y conocimientos. -Debe conocer muy bien el contexto donde desarrolla su historia, lo que agrega al doloroso y trabajoso acto creativo, una cualidad de descripción. Y, a ello, súmese que el escritor de novela negra no puede y no debe, codearse mucho con las florituras, tiene poco tiempo, nada del tiempo le sobra, y aquí tiene otro escollo a superar. Las florituras son una mala compañía para un creador de novelas negras.

Al peligro en que viven sus personajes, tiene el peligro de las florituras-Debe de mantener un suspenso a todo lo largo de la trama, lo que es otro problema, que otros creadores no lo necesitan, o poco les importa a sus intereses. Debe consolidar el misterio, clave en una noir, y, aquí, otro problema a resolver, el misterio que no funcione, o que parezca una simpleza, destruye la verosimilitud. -Debe contribuir, en lo posible, a sanar heridas en el lector, la destrucción del medio, no debe ser siempre una desesperanza. Nadie que ame la vida (me disculpo por mi fuerza aquí) como el escritor de novela negra, nadie que quiera más no solo derrochar adrenalina, sino que, nadie como él, quiere embellecer un poco su mundo y el de otros, a pesar de tratar con violentos, muertes, asesinos, y lo más abyecto de la sociedad en que viva. Y esto, es lo que la hace (a la negra) una pieza tan compleja y a sus cultivadores mujeres y hombres tan dignos de encomio y de mis respetos.

Y por supuesto, la novela negra camina en pos de ser (si es que ya no lo es) la reina de los lectores. Y es tan sencillo como complejo, vivimos en un mundo violento, y la escritora o el escritor de novela negra, lo sabe tan bien como no lo saben nada bien otros. Y saber aquí, es también creación. Y como apostilla, en toda buena novela, sea negra o no, siempre existe una persecución.

Ω

Publicado por: M o n t e P e n té l ic o

Escritor de novelas negras y de lo que atrape su interés, siempre que ese interés sea respetar la Vida. VIDA TODA. Un escritor de novelas negras en La Habana, que cuenta también con ese largo y extenuante ADEMÁS DE URGENCIAS, cómo las escribe, qué punto en ese universo estrecho de la pequeña ciudad lo han inspirado o hecho pensar con detenimiento en un mundo acelerado. Lo aterran y estremecen y obligan a escribir. A veces escribir ficción no es inspiración que otorgan los Dioses Manes de la Literatura, es una obligación para no sucumbir. Por favor, Dioses Manes de la Literatura, es de mi absoluta creencia y base gnoseológica. Mi delito, soy culpable. Gracias por su tiempo.

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