CASTILLO DE LA FUERZA, CARNE Y PIEDRA DE LA NOVELA LA SANGRE EN LA PIEL. FINAL

NADA COMO EN LAS MAÑANAS MIRAR DESDE CASA BLANCA EL CASTILLO DE LA FUERZA. UNA DE LAS PASIONES DE MI VIDA, VER EL PASADO A TRAVÉS DE UN PUNTO QUE HA QUEDADO DETENIDO EN EL TIEMPO

post 2 habana de la sangre en la pielUna amiga respetada, amiga a su vez de la insigne Dulce María Loynaz, e historiadora del siglo XVII hispánico, me comentó que los fantasmas del pasado vienen a ti cuando hablas de ellos. Había sido alumna del historiador Leví Marrero y lo ayudó en su descomunal trabajo «Cuba, Economía y sociedad». No me ha pasado, pero ella, de la que no diré su nombre, se aparece en sueños en días pésimos. Por nada muere en Puerto Rico, pero la muerte la sorprendió en La Habana. Lo que deseaba, claro que no tan rápido como fue, para compartir nicho en Colón con su señora madre, una poeta exquisita.

Creo que es el temor de que al otro lado de la cerca me espere otra vida, que nunca he comprendido cómo será, y ¡si será!, y me pidan cuentas aquellos que creyeron que algún día podría contar una historia. Contar una historia como debe ser, lo cual sigue siendo un misterio para mí, por mucha técnica que uno haya debido aprender a base de no pocas roturas de cabeza. El personaje de mi novela La sangre en la piel, el pintor de las Motas, padece de algún dolor existencial parecido. Por eso no me cae muy bien. Que un personaje no te caiga bien, no quiere decir que no lo ames. Dicho esto, que consideré una forma de extraerme de la carne con las pinzas de mis dedos una bala perdida. Más que confesión de parte y comunicación con el lector paciente. Continúo con el pintor.

A VECES ME CUESTA TANTO TRABAJO LOGRAR ESA FORMA TRÁGICA DE CARAVAGGIO, ESA TERRIBLE VIOLENCIA, QUE NO HAGO MÁS QUE PENSAR QUE DEBO DEJARLO, QUE LA PINTURA NO ES MI FUERTE, QUE MI TALENTO ES EL DEL MÁS ENANO DE LOS MEDIOCRES. PERO ESTOS TIEMPOS DE MUERTES ME DETIENE-. carta del pintor de las Motas

De las Motas está sentado y hace un bosquejo de La Fuerza. El momento en que me detuve en el post precedente. El pinto continúa en su observación mientras trabaja en su bosquejo al carboncillo.

Que el patio tiene dos escaleras de madera que comunican a los caracoles de cantería que comunican al alto de las bóvedas y las murallas donde hay buena plaza para pelear, solado su suelo de piedra como lo está el de los caballeros, teniendo estos y las cortinas parapetos de cantería. El grueso de las cortinas  es de 20 pies (6 m), 50 de caballero a caballero, (15 m) los traveses de 16 pies de ancho (poco más de 4 m), y desde la esquina de ellos a la puerta del caballero 63 pies de cada lado (poco más de 19 m.).

En la corrían de la mar, entre los caballeros del N. y el S. está la sala de armas, para guarda de los arcabuces y mosquetes, y sirve además de alojamiento al Alcaide y Capitán de la Fortaleza. La guarnición la componen 50 hombres , con inclusión del Capitán, oficiales y artilleros.

Hasta aquí los apuntes del pintor de las Motas en su bosquejo al carboncillo.

Pero de las Motas obvió con toda intención el secreto que oculta la fortaleza por circunstancias solo develadas en la novela La sangre en la piel. Ese secreto constructivo, del que no diré más a riesgo de cometer spoiler, trasciende de una manera u otra a las novelas siguientes. No olvida La sangre en la piel hacer saber quién es el destinatario de las cartas del pintor.

Publicado por: M o n t e P e n té l ic o

Escritor de novelas negras y de lo que atrape su interés, siempre que ese interés sea respetar la Vida. VIDA TODA. Un escritor de novelas negras en La Habana, que cuenta también con ese largo y extenuante ADEMÁS DE URGENCIAS, cómo las escribe, qué punto en ese universo estrecho de la pequeña ciudad lo han inspirado o hecho pensar con detenimiento en un mundo acelerado. Lo aterran y estremecen y obligan a escribir. A veces escribir ficción no es inspiración que otorgan los Dioses Manes de la Literatura, es una obligación para no sucumbir. Por favor, Dioses Manes de la Literatura, es de mi absoluta creencia y base gnoseológica. Mi delito, soy culpable. Gracias por su tiempo.

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