SLOPPY JOE’S PERSONAJE DE MAR DE CENIZAS Y 7 PREGUNTAS PARA MORIR. 4. FINAL

EN EL SLOPPY JOE’S, AQUEL DE LOS AÑOS 30-40-50, SE PLANEA EL NACIMIENTO Y LA PERSECUCIÓN EN MAR DE CENIZAS Y 7 PREGUNTAS PARA MORIR

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Si la guerra se extiende como los hechos indican, el arma submarina se va a posicionar en el teatro de la muerte. Dijo Bogart. Golpeó la barra con el fondo del vaso. Fondo grueso. Se pasó la mano por la boca. Ad y Leslie Howard lo imitaron. Bogart se extendió: y vendrán por el Caribe, nuestro país (miró a Ad), demorará en entrar en la guerra, todo lo que pueda, mal asunto. Howard asintió. Howard extendió el cheque con una suma sustanciosa. Para que, indicó Howard, establezcas tu oficina o como se llama… agencia creo, de detective privado, dinero mío y de nuestro amigo Bogart. Bogart hizo un gesto que no era nada. Pidió una botella de whisky y que quedara en la barra.

A LA EXPECTATIVA DE QUIÉN DEBE ESTAR AL CAER

Ad agradeció. Pero negoció que si la guerra se ponía difícil para la democracia se iría al frente. Te necesitamos acá, en La Habana, pidió Bogart. Pienso regresar, prometió Ad. Una promesa romántica a la que no le daban una papeleta de victoria sus interlocutores. El Sloppy Joe’s se iba llenando con una lentitud que anunciaba la noche. Se encendieron luces en Roof Garden del Sevilla. Debe estar al caer, previno Bogart. Una lluvia fría se evaporó en la calle. Bandas de freno hirvieron y el humo se coló por la puerta con la entrada de par de cuerpos. Al instante, todo se hizo perfume, incluyendo el fuerte olor axilar de Greene que fue tirado a la calle.

La victrola asaltada por el señor Graham Greene cantó con bolero-son de fondo Lágrimas negras, Trío Matamoros. Green miró a Howard con ojos de suplicante, pero el actor de Lo que el viento se llevó, no mordió el anzuelo. Un negro alto y de piedras negras en los pectorales que iniciaba una carrera tras el vientre prominente saludó a Bogart y a Ad. Ad lo presentó a Howard.

Ella apareció entre una humareda nacarada de una batería de hombres fumadores de tabaco impresionados por su presencia. Beni, le dijo Ad al negro alto con una sonrisa, ¿quién escolta a quién? Beni dijo que Joséphine Baker lo cuidaba a él. Seguro que sí, dijo Bogart en un español que recordaba a alguien que nadie quería recordar. Caballeros, ¿me invitan a un Anís del Mono?, canto esta noche en el Roof Garden, pero hay tiempo para ponernos de acuerdo en lo de los submarinos. Baker se sentó. Tenía 32 años. Sabía que Bogart odiaba los submarinos, en la Primera Guerra había sido víctima de uno de ellos, alemán por más señas. Una astilla le perforó la boca y le cambió la manera de hablar. Una perforación sobre una herida de la niñez. Un tajo sobre otro tajo. Bogart adivinó su historia en los ojos de Joséphine. Sí, ya sé que piensas en la tragedia, dijo, pocos meses después me encuentro con un alemán y me pregunta por lo que estoy haciendo. Nadie de los presentes conocía de aquel encuentro, excepto su amigo Howard. Pero este no movió un músculo del rostro. El barman sirvió Anís del Mono, que no olía a mono. Baker alzó la copa y bebió suave. Ad se sintió acariciado por esas manos.

¿Saben qué me dijo el maldito?, siguió Bogart, pues al principio nada. Yo, de buena fe, continué y hablé de mis planes, que no eran nada de planes, nada interesante. Entonces el malnacido ex-marino me pregunta en su lengua: ¿Können Sie bitte langsam sprechen? Baker sonrió, captó el chiste macabro y tradujo: ¿Podrías hablar más lento? La risa de Beni fue la más estentórea. Bogart se tocó la boca, con la cicatriz sellada como un pozo seco. Preguntó por la chica. La chica, aclaró Baker, vive en New Orleans, cubana y hermosa. Escribe como los ángeles que son los únicos que escriben bien, exceptuando a Margaret Mitchell. Está anamorada de un joven, pinta a enrolarse como tú en el U.S. Navy. Anamorada era una mala pronunciación de una aún inexperta y dama del Sur. Ella no quiere, pero él sí, Bogie. Mi candidata, se llama Lady Xio.

Los amigos le decían Bogie a Bogart.

En 7 preguntas para morir, mi novela de próxima aparición, esta secuencia es un detonante para muchos estallidos y conectar con el pasado de Mar de cenizas, pretérito que no se cuenta, se presiente.